Blog del Centro Excursionista de Cartagena

Que no te lo cuenten…. ¡VÍVELO!

¡QUÉ BUENO QUE VINISTE! A LA MARCHA NÓRDICA

en 23 septiembre 2013

Hola, adjuntamos crónica y enlace a las fotografías realizadas por nuestro compañero Julio el pasado domingo en la salida de MARCHA NÓRDICA.

Nos vemos a la vuelta de Navacerrada.

José A. Pérez González

-Piri-

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Enlace a las fotografías:


Crónica de lo vivido, bebido, comido, caminado, bastoneado y disfrutado.

Ayer fue la inauguración del campamento y ya comenzaron las confrontaciones festivas entre cartagineses y romanos. Serían las 7:00 horas de hoy cuando una chica, que regresaba de la contienda, pasó vociferando cerca de casa, muy posiblemente animada por los efluvios del alcohol ingerido. Nuestro grupo había quedado a las 9:00 horas en Tentegorra, pero en vista del despertador improvisado me atavié de senderista y me eche a la calle. Como tenía tiempo pensé en prescindir del coche, lo que se tradujo en andar unos 21 kilómetros en unas 5 horas y hacer un acumulado de subida de 678 metros.

 

El bar La Paz, cómo no, fue mi primera parada. Ese café con leche con una buena cuña de bizcocho  casero hace que te sientas con fuerzas para afrontar cualquier senda. Serían las 8:15 cuando coloqué los protectores de asfalto a mis bastones de “Nordic Walking”  y me tiré al oeste, desde donde la luna, aún toda puesta, se negaba a marcharse. Intenté emular las enseñanzas de nuestro eficiente monitor; ¡Técnica ALFA!, nos recuerda constantemente, (Andar erguido, Largos brazos, Formando triángulos con piernas, brazos, bastones y suelo, Acompasando el paso a los impulsos con los bastones).

 

Crucé la rambla de Benipila y seguí su curso, hacia el norte. En el parque del Cartagonova, ahora Mercado de Época, me sorprendió una treintena de personas en un corro, sentados en el suelo, manos abiertas como implorando algo, girando el tronco y canturreando una canción que para mí era ilegible. Éstos no son soldados, pensé. Obnubilado por la visión casi resbalo con uno de esos protectores del amor sin riesgo. Reciente debía de ser, si es verdad que los espermatozoides, en condiciones no favorables duran vivos unas dos horas, allí debían de haber unas decenas de millones de individuos con cierta frustración, sobre todo el  que llegó primero y no encontró el correspondiente óvulo.

 

Raudos llegué a Tentegorra, a la Casa del Pino, allí estaban mis compañeros prestos a calentar. Así lo hicimos aunque yo ya llevaba 5 kilómetros de ventaja. Rumbo al Mirador del Cabezo Roldán. Buen ritmo cogimos mientras mis poros exhalaban el gin-tonic  de “Martin Millers” que, tan hábil y ceremoniosamente,  me había preparado el amigo José Luis de “MondoVino”, la noche anterior. Si te apetece un buen vino, un buen ibérico o una caña de lomo, cortados como mandan los cánones, te recomiendo este bar. No le desdicen sus montaditos.

 

Por la senda que transcurre bajo Sierra Estrella, con una vista inconmensurable hacia el mar, llegamos a la base del Puntal del Moco, giramos a la derecha y por la senda de los estraperlistas caímos al camino de las Escarihuelas. Nuestro monitor Piri, no dejaba de aconsejarnos en la forma de bajar, subir…

 

La Venta Ramírez siempre es una garantía de buen descanso, buena cerveza, buen embutido y buen asiático. Me encontré al amigo Melchor que, con su perra loba, habían subido a la Muela. Compartí con él una alhambra, un plato de jamón cocido y otro de tomates con olivas, aderezado con un aceite del mismo fruto que a mi entender es inmejorable.

 

Se me acabó el folio de rigor. Volvimos por las Escarihuelas a ritmo de los Beatles. He de confesar que con los bastones esta cuesta mortal se sube sin agobio. En Tentegorra me despedí de los compañeros y seguí hasta la milenaria, pasando por una esquina del campamento, cuyas huestes aún no habían llegado. Una cerveza en la taberna del Martillo me supo a gloria, después de los 20 kilómetros superados. Gracias, Piri. Mañana más. 

Julio Parra


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